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Una de las frases más socorridas en Los Simpson por parte de Homero –en su traducción al español– es “¡Pequeño demonio!”, y la usa cuando su hijo Bart hace una travesura. Dirían, los que ven la serie y hasta los que no, que tal vez es algo extremista decirle así a un hijo, pero resulta que no lo es tanto.

En México, por ejemplo, algunos padres acostumbran decir que su hijo es un pingo, cuando este último es muy travieso o desobediente. Pingo es sinónimo de diablillo o pequeño diablo. Específicamente en Monterrey es usual –aunque cada vez menos– referirse a un niño como huerco o güerco, lo cual también es sinónimo de pequeño demonio u orco; palabra heredada de los fundadores de Monterrey que eran de origen judío.

Así que esa forma de maldecir de Homero Simpson a su hijo Bart, no es para nada una invención de los traductores. Tan solo reflejan una forma de actuar de una parte de la sociedad (al menos la de habla hispana) hacia sus hijos.

¿Habrá en otras partes de Latinoamérica y España, alguna otra forma de nombrar a los niños cuando se portan mal?

Agradecemos a Artemus habernos autorizado a publicar su comentario en nuestro blog.